martes, 31 de agosto de 2010

Diario de Viaje

Un aliento que eriza la piel

Luego de unos días de adaptación debido al choque cultural que produce un país tan diferente al nuestro, cada vez me siento más a gusto en esta gran ciudad de la Turquía asiática, más cerca de los países del “eje del mal” que de la Europa a la cual siempre quiso pertenecer. Sus gobernantes lo han intentado desde la creación de la República de Turquía en 1923 y en este momento son denodados los esfuerzos por ingresar a la Unión Europea. En mi opinión, mientras esto sirva para que sus habitantes tengan una mejor calidad de vida me parece muy positivo, por supuesto sin perder sus orígenes y sus costumbres que los distinguen como nación.

Durante la mañana recorrimos la ciudad con colegas periodistas argentinos, llenamos todo un “Otobus”, primera palabra turca que aprendí. La segunda fue “Taksi”, creo que no hace falta explicar a que vehículos nos referimos. Como verán, no estoy tomando un curso acelerado del idioma, pero estoy seguro que con el tiempo reconoceré palabras más difíciles.

Son muchos los periodistas argentinos que cubrimos el mundial, y los hay de todas partes del país, desde Neuquén, Salta, Entre Ríos, Buenos Aires y por supuesto Córdoba. Y también son muchos los seguidores argentinos que se han venido desde las “pampas” a seguir a la generación dorada. Y estoy seguro que en la fase final en Estambul serán unos cuantos más, y eso esperamos, ya que el aliento argentino se siente.

Es realmente emocionante ver al público de nuestro país cantar el himno nacional, con esa particular entonación surgida del fútbol, con los jugadores en la cancha concentrados en ello y pensando en que todo un país los está apoyando del otro lado del océano.

Ya está por comenzar el partido de Argentina, se vienen los himnos, es hora de ponerse de pie, y alzar nuestras voces con una mano en el corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario