jueves, 2 de septiembre de 2010

Diario de Viaje

Una recepción de lujo


En el día de ayer los periodistas acreditados tuvimos una cena muy especial. Mehmet Özhaseki, Alcalde de Kayseri, nos brindó una recepción en un restaurant muy conocido de la ciudad que se encuentra en la cima de un cerro cercano, desde donde se puede observar la ciudad por completo. Mientras íbamos subiendo con nuestro colectivo especial para nuestro traslado se observaban zonas de quinchos con su mesa, ideal para pasar el día con la familia o comerse unos kebabs a la parrilla por la tardecita luego de cumplir el ayuno del Ramadán.

Al llegar nos recibió una banda que interpretaba canciones típicas y diferentes caballeros vestidos de época, como en la Turquía de los otomanos.

Las mesas estaban preparadas con lo que nosotros llamaríamos “una picada”, a saber: ensaladas, carbonada “picantona”, diferentes salsas, pan, quesos, dátiles y el famoso postre baklava.

Al llegar el Alcalde, con su comitiva y su guardia mínima, recibió los saludos de distintas autoridades y los fotógrafos de medios locales no paraban de sacar fotos.

En ese momento me acerque a su mesa y lo saludé personalmente, comentándole que los periodistas deportivos de argentina allí presentes queríamos agradecerle por la hospitalidad de su pueblo y la buena organización de la sede mundialista en su ciudad. A lado de él, un traductor hacia de interprete al idioma turco de lo que yo le expresaba en inglés. Fue un lindo momento para poder expresar esa gratitud que sentimos todos en estos días.

Cuando todo estuvo listo, o sea cuando oscureció, comenzamos la cena con una sopa, muy común por estos lares. Después de la picada, nos sirvieron el plato principal, un Adana Kebab (kebab al plato) que consiste en unas especies de brochets de pollo y carne de vaca, arroz, tomate asado, unas papas fritas y algunos vegetales.

Para el postre me dejé tentar por unos dátiles y el baklava que realmente, no tiene comparación con el que he probado en Argentina en algún restaurant de la colectividad.

Ya se hacía tarde y la mayoría queríamos ir a descansar, así que luego que se retiró el Alcalde nos volvimos a los hoteles. Nos faltó tomar un té, algo muy típico cuando se sale a cenar en Kayseri. Siempre lo ofrecen y muchas veces lo sirven sin pedirlo. Tampoco te lo cobran, es una más de las sorprendentes costumbres de este pueblo de la Anatolia Central de Turquía.

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