viernes, 21 de octubre de 2011

Diario de Viaje

Fue largo el viajecito a Guadalajara, me costó llegar, no porque sea tan lejos México, en realidad en un abrir y cerrar de ojos pasé de la pasta italiana y las facturas a las fajitas, tacos y enchiladas. Y fue en un abrir y cerrar de ojos porque el nocturno viaje de Baires a México DF fue eso, dormir lo más que se pudo. Pero mi viaje tuvo varias escalas, ya que estuve un día en Buenos Aires y luego otro día en el “DF” antes de asentarme en Guadalajara.
En Buenos Aires hice la VISA de corresponsal en el Consulado de México, donde terminamos hablando de filosofía y formas de encarar situaciones cotidianas de la vida con la representante mexicana del consulado. Y después comprobé nuevamente, como lo hago cada vez que piso suelo porteño, lo diferente que es la vida en “la capi”, donde de una u otra manera todos sabemos que  allí atiende Dios. La alegría de pasar por Buenos Aires fue poder visitar a mis primos y pasarla muy lindo.
Y como primeras sensaciones de México, yo vi un país de contrastes, con mucho movimiento y avances, todo eso que llamaríamos progreso, y observando a la vez la humildad y sencillez de su gente, aun en las grandes ciudades. Eso se palpa, resulta raro, y cuesta entenderlo.
Son mis primeras horas en un México que descubriré día a día y que espero me sorprenda.

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