miércoles, 10 de septiembre de 2014

La pintura española en El Prado


La decisión de visitar un museo tan famoso, uno de los más conocidos del mundo como el Museo del Prado en Madrid, no es nada osado ni de otro mundo, es más, es una de las visitas turísticas que hay que hacer en la capital española.
Lo interesante de este museo es que están todos los pintores españoles desde el año 1500 al año 1800, los mejores y los más famosos de esas épocas. A estos los complementan diversas obras de pintura alemana, francesa, flamenca, italiana, británica y holandesa.
No pensemos que hay que ser un experto en pinturas para ello, tampoco tiene porqué gustarnos el arte de colorear un lienzo. En un lugar así se descubre la vida en la época medieval, podemos saber por donde transcurría la historia en aquellos lejanos tiempos de reyes, cortes, doncellas y bufones. Y la religiosidad y la importancia del cristianismo, sin dejar de lado tampoco creencias mitológicas.
Todas esas imágenes llaman la atención, y en mi caso particular, trasladándolas a nuestros días, se puede llegar a hacer una comparación y relacionarlas de alguna manera.
En aquellas épocas la gente se retrataba, contrataba un pintor para que inmortalice su figura y la magnifique. Seguramente no era lo mismo que te pinte un Diego Velázquez que un don nadie, y eso a nivel social daba relevancia. Por su puesto que sólo lo hacía la gente de mucho dinero. Hay reyes, condes y duquesas, mucha realeza ilustrando momentos importantes de sus vidas, o la clásica pose familiar, que en nuestros días llamaríamos la foto familiar luego de una reunión o de un cumpleaños. Y hasta famosos autorretratos de pintores que hoy llamaríamos una “selfie”, ¿ o no sería algo así ?.
Claro, en esas épocas no existía la fotografía, entonces la pintura cumplía ese rol. Como el de los grandes cuadros o murales inmortalizando batallas, capitulaciones de alguna ciudad conquistada o ciertos momentos de la vida cotidiana de una ciudad, como juzgamientos en época de la Inquisición en plena Plaza Mayor de Madrid.
Muchas obras también han sido rescatadas de conventos o iglesias importantes, ya que por encargo de la iglesia o de benefactores importantes, se pintaban imágenes de la vida de santos, santas, vírgenes, ángeles y momentos bíblicos,.
Aquí encontramos obras como “El caballero de la mano en el pecho” de El Greco, “La Inmaculada Concepción” de Tiepolo, “Las tres gracias” de Rubens, “Las meninas” de Velazquez, “La maja desnuda” de Goya, las cuales son muy conocidas y les llegan a los visitantes. En fin, el arte también es cuestión de gustos, y eso es muy personal, por más que quienes conocen de ello nos den todas las explicaciones de porqué una pintura es tan destacada y reconocida.

Darse una vuelta por el Museo del Prado es vivir nuevas sensaciones, es despertar sentidos ocultos y abrir la mente, es pensar en otros tiempos y conocer la historia, esa que a veces nos cuentan los libros y otras veces nos la cuentan estos grandes artistas con un simple pincel y acuarelas de colores.

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