viernes, 10 de septiembre de 2010

Diario de Viaje

Una derrota dolorosa

Hoy mi diario de viaje hablará solo de básquet, no habrá lugar para vivencias cotidianas. Hoy el básquet se llevo mis sensaciones vividas durante la mañana de Estambul.

Tal como dicen nuestros amigos brasileños: “A tristeza nao tem fin”. Hoy se acabo la ilusión de llegar a semifinales, enfrentar nuevamente a Estados Unidos, y pelear por algo grande. Lituania, equipo con historia y que ha dado grandes jugadores, nos revolcó por el parquet del Sinan Erdem Arena de Estambul.

Luego de una hora de terminado el partido, unos pibes voluntarios de la organización estaban jugando un dos contra dos en media cancha. Mientras, yo caminaba por el parquet desolado, y podía imaginarme en el ambiente esa sensación de impotencia y frustración que sintieron los jugadores argentinos a lo largo de los 40 minutos de partido. Juro que la sentía, y mientras me dirigía hacia los límites del campo de juego, mi cabeza estaba tan caída como la de nuestros jugadores, mi mirada estaba tan perdida como la de ellos, mi alma vagaba quien sabe por donde.

Las tribunas estaban vacías, esas mismas cabeceras que albergaron a la fiel hinchada argentina, que aun en la amplia derrota y sobre el final, siguieron cantando, siguieron alentando a nuestros jugadores para templarles el ánimo. Estos jugadores que como hace mucho tiempo no pasaba, seguramente deseaban irse al vestuario para dejar de soportar el castigo que nos estaban propinando los lituanos.

Yo también me quería ir del estadio, a buscar un poco de aire, a pensar en otra cosa, a caminar hasta el cansancio para luego ir a descansar.

Ahora hay que pensar en Rusia, e intentar recuperar a este equipo de hombres que dejó todo en la cancha. Estos jugadores son grandes, este equipo es grande, y se merecen una mejor despedida de este mundial donde diezmados por las bajas y lesiones, se sobrepusieron a todo y como siempre, lucharon hasta el final dejando sangre, sudor y lágrimas.

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